miércoles, 30 de noviembre de 2016





“El camino de la recuperación” Lu Jong es un ancestral método curativo y preventivo que se practica en los monasterios budistas desde hace más de 8000 años. Es genuinamente valioso y de un conocimiento muy útil sobre como promover el balance y la armonía en el cuerpo, la palabra y la mente. Los Orígenes de Lu Jong Lu: significa cuerpo y Jong: significa movimiento o transformación. Las raíces de Lu Jong se remontan al período Bon o Bon Pos, procedente de la tradición Tantrayana. Está basado en la medicina tradicional tibetana, una ciencia muy antigua destinada a proporcionar felicidad y salud a nivel físico y mental. Las teorías de la medicina tibetana señalan que todas las enfermedades comienzan con un desbalance de uno o más de los tres biotipos o humores (Doshas) que se encuentran presentes en el organismo de todas las personas y están relacionados con el equilibrio de los cinco elementos básicos de la naturaleza: éter, viento, fuego, tierra y agua. En tiempos antiguos los sabios (Rishis) proporcionaron un método formado por veintitrés movimientos (asanas), ejercicios de respiración que actúan sobre los canales energéticos (nadis) purificando los cinco elementos que componen el cuerpo, además enseña una sencilla y efectiva técnica de meditación que aporta claridad mental y vigor energético generando una sensación de bienestar. Los beneficios de Lu Jong Lu Jong rejuvenece el cuerpo y la mente, despejando cualquier bloqueo energético en las corrientes de energía (prana), abriendo los chakras. Así energía, oxígeno y aliento puedan fluir para erradicar las causas de la enfermedad. Con la práctica regular de Lu Jong se incrementa el calor interno, se eliminan emociones perturbadoras causadas por el apego, la ira y la ignorancia. Conocidos como viento, hiel y flema (venenos interiores) cuando están en armonía generan bienestar, en desarmonía son los causantes de las enfermedades. El Lu Jong mediante suaves movimientos de estiramientos, flexiones, torsiones y giros combinados con la retención de la respiración ayuda a incrementar la circulación de la sangre y el flujo de la linfa, con lo que se acelera el proceso de curación. El Yoga Lu Jong, es un arte de sanación y existe en tres niveles: interno, externo y secreto. Es un admirable y excelente práctica que permite aminorar el vértigo que impone estos tiempos modernos. La Meditación Tog Chod
La Meditación Lu Jong (Tog Chod) crea un puente y una conexión especial entre el cuerpo, la mente y las emociones. Además ofrece una manera segura y simple de silenciar la mente con el fin de permitir una mayor percepción y visión. Con la Meditación se previene el estrés o cualquier situación en la cual el miedo, la ira o la inseguridad controlen y enturbien el libre fluir de la energía. Todo se equilibra, la mente se libera de pensamientos negativos que provocan una reacción en la emoción. Tog Chod es una forma milenaria de alcanzar la paz interior y la estabilización de los procesos reguladores del organismo.

CHI KUNG - Qi Gong

FUENTE DE LA JUVENTUD

El Chi Kung o Qi Gong es una terapia medicinal de origen chino basada en el control de la respiración. Ayuda a eliminar las tensiones y el estrés, siendo un auténtico caudal de paz que aporta salud y vitalidad. El Chi Kung o Qi Gong es una terapia medicinal de origen chino que pertenece al mismo grupo que otras terapias como el taichi o el reiki. Todas ellas proceden de la tradición oriental y sustentan sus principios en la importancia de canalizar de forma adecuada la energía vital (Qi) a través de los diferentes meridianos que recorren nuestro cuerpo. Según dichos principios, el buen estado de la salud de cada uno dependerá de nuestra capacidad para conseguir el correcto equilibrio entre la mente y el cuerpo; y dicho bienestar se logra, principalmente, a través de la meditación y del control de la respiración. De hecho, la traducción literal de chi kung vendría a ser ‘el trabajo de la respiración’, ya que este método terapéutico incide especialmente en la importancia de que nuestra respiración sea consciente y acompañe a cada uno de nuestros movimientos y pensamientos. También conocida como “fuente de la juventud”, quienes la practican aseguran que les ayuda a eliminar las tensiones y el estrés del día a día y que es un auténtico caudal de paz que les aporta salud y vitalidad. ¿Cómo se practica el chi kung? La esencia del chi kung o qi gong es la sincronización armónica de los tres procesos vitales, esto es, cuerpo, mente (corazón) y respiración. La tradición oriental se refiere a estos tres procesos como los “tres tesoros”. Por ello, la práctica de esta terapia requiere, a su vez, de tres pasos. El primero es el control del cuerpo, esto es, la relajación. Debemos relajar, en este orden, nuestra mente, la respiración y, por último, nuestro cuerpo. La finalidad de esto es que, al hacerlo, se abren los canales o meridianos por los que circula nuestra energía vital permitiendo que ésta fluya de forma correcta. El siguiente paso es regular la respiración hasta que consigamos que se realice de forma constante y tranquila. A la hora de practicar este proceso, el chi kung recomienda la utilización de ocho palabras clave (o formas de respirar) que nos ayudarán a modo de guía a lograrlo de forma satisfactoria. Son las siguientes: Sosegada Suave Profunda Larga Continua Uniforme Lenta Delicada Y en último lugar estaría el control de la mente o corazón. Este paso es intrínseco a los dos anteriores, es decir, si logramos relajar nuestro cuerpo y nuestra respiración con éxito, nuestra mente o corazón se relajarán y estarán en paz. La práctica del chi kung o qi gong puede ser tanto estática como en movimiento. En cualquiera de los dos casos, es muy importante estar bien apoyado, es decir que nuestro cuerpo esté en una posición equilibrada y en contacto firme con el suelo. Para lograr que ese apoyo sea estable, el consejo que suele darse a quienes se inician en la práctica del chi kung es que, como si de árboles se tratara, imaginen que de su cuerpo –si están sentados– o de sus pies –si es que lo están practicando de pie– nacen unas raíces invisibles, como una prolongación que los une firmemente a la tierra. Beneficios del chi kung Según los profesionales expertos en esta técnica, la práctica habitual de chi kung reporta numerosas ventajas a nuestro organismo. La base de los beneficios del chi kung se encuentra, sobre todo, en el hecho de que controlamos nuestra respiración, realizándola de una forma consciente. Cuando respiramos mejor, nos oxigenamos de forma adecuada, activamos la circulación sanguínea y, además, conseguimos que nuestro cuerpo y nuestra mente estén relajados y en equilibrio. En el caso concreto del sistema circulatorio, a través del qi gong se reducen las pulsaciones del corazón y mejora el bombeo sanguíneo. Con ello, mejoran las funciones de los diferentes órganos como, por ejemplo, los que componen el aparato digestivo –que se regula, favoreciendo así las digestiones y el proceso metabólico– o el sistema endocrino. Otro de los beneficios del chi kung es que su práctica también repercute en los sistemas nervioso e inmunológico; en el caso de éste último, reforzándolo. Y previene la osteoporosis al fortalecer los huesos, así como la elasticidad de los músculos y tendones. Siempre y cuando adaptemos los movimientos a nuestra capacidad física y a nuestras condiciones de salud, no hay razón para que el chi kung tenga efectos perjudiciales. Al contrario, ya que, además de los beneficios mencionados, nos enseña enfocar de forma positiva aquellas situaciones o pensamientos que son negativos y que afectan a nuestra mente (corazón) o a nuestro cuerpo. Contraindicaciones del chi kung A pesar de sus virtudes, sí es cierto que hay que tener en cuenta una serie de recomendaciones a la hora de practicarlo. Las contraindicaciones del chi kung son: No practicar chi kung o qi gong justo después de comer, porque podría alterar el proceso de la digestión, y tampoco hacerlo con el estómago vacío. El mejor momento es aproximadamente una hora después de haber comido. Si eres mujer, debes evitar el chi kung durante los días de la menstruación o realizarlo sentada o tumbada. Y si practicas algunos de los movimientos, que sean sólo aquellos ejercicios más suaves. Tampoco hay que practicarlo los días en los que nos sintamos muy fatigados. En esas ocasiones podemos limitarnos a hacer respiraciones conscientes o meditación. Por último, no deben realizar esta terapia aquellas personas que padecen algún tipo de enfermedad degenerativa. Ejercicios básicos del chi kung La práctica del chi kung requiere, por lo general, de un guía especializado en este tipo de terapia, aunque si ya se domina podemos realizarla por nuestra cuenta. Si no es el caso, puede practicarse tanto de forma individual, es decir, una persona sola con el monitor, como en grupo. Si lo que quieres es iniciarte en esta técnica, lo más recomendable es que estés solo con el profesional o que asistas a clases en las que los grupos sean lo más reducidos posible y sus miembros estén a tu mismo nivel en cuanto a los conocimientos y práctica del chi kung. También pueden practicar el qi gong los niños en torno a los 9 o 10 años, ya que a partir de esta edad es cuando empiezan a controlar su proceso de concentración de forma consciente. Como primera toma de contacto, puedes realizar tres ejercicios básicos de chi kung, que son: Tonificación: de pie, levanta los brazos al mismo tiempo que inhalas por la nariz y estiras las piernas. Después, separa los brazos y bájalos mientras exhalas el aire por la boca y doblas las rodillas. Mantén la espalda recta durante todo el ejercicio. Sedación: inhala por la nariz, levanta los brazos a lo largo del cuerpo y llévalos hasta la parte superior de la cabeza. Exhala por la boca mientras bajas los brazos dirigiéndolos hacia delante. Al mismo tiempo que los bajas, siente como se relaja tu cuerpo. Estiramiento: primero, inspira por la nariz y al mismo tiempo estira los brazos en dirección al cielo, inclinándolos un poco hacia atrás para estirar las rodillas y la columna. A continuación, espira por la boca y dobla el cuerpo hacia delante dejando que se relajen los brazos, las piernas y la espalda.



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